
Respirar es algo que damos por sentado… hasta que se vuelve difícil. El asma es una enfermedad que puede parecer invisible, pero sus efectos son muy reales: dificultad para respirar, tos persistente, sibilancias, noches sin dormir y la constante preocupación de cuándo llegará la próxima crisis. Lo sé porque, como alergólogo en Medellín, acompaño a diario a personas que viven con esta condición. Por eso, quiero compartir contigo las recomendaciones para el asma que considero esenciales para mejorar tu bienestar y ayudarte a tener una vida activa, sin sobresaltos.
Este blog está pensado especialmente para ti, que buscas respuestas claras y herramientas prácticas. Aquí encontrarás una guía completa, basada en ciencia, para que aprendas a reconocer tus síntomas, evitar lo que te hace daño y tomar el control de tu salud respiratoria. Y si tienes hijos con asma, también te servirá para protegerlos y empoderarlos.
¿Por qué es importante seguir recomendaciones para el asma?
El asma no es solo un problema de los pulmones. Es un asunto que afecta tu día a día, tu descanso, tus relaciones, tu trabajo y hasta tus emociones. Muchas personas creen que tener asma es simplemente “ahogarse un poco de vez en cuando” o “andar con un inhalador en el bolsillo”, pero en realidad, es una enfermedad crónica que puede alterar profundamente tu calidad de vida si no se maneja bien.
¿Te ha pasado que tienes que cancelar planes por miedo a una crisis? ¿O que no puedes dormir tranquilo porque la tos no te deja en paz? ¿O que sientes que no puedes hacer ejercicio como los demás? Todo eso es parte del impacto silencioso del asma. Pero lo bueno es que con una estrategia adecuada, puedes recuperar el control.
Qué ocurre cuando no se controla correctamente el asma
Cuando el asma no está bien controlado, lo primero que aparece es la incertidumbre. Nunca sabes cuándo te va a faltar el aire, cuándo vas a tener que correr al hospital o cuánto te va a limitar ese día. Esto puede generar ansiedad, ausencias en el trabajo o en el colegio, y un aumento en el uso de medicamentos de rescate.
Además, las crisis mal manejadas pueden dejar secuelas en los pulmones con el tiempo. A largo plazo, el asma no controlado puede provocar un deterioro progresivo de la función pulmonar y aumentar el riesgo de hospitalizaciones graves.
Por eso insisto tanto en que no se trata solo de “tomar el inhalador cuando lo necesitas”, sino de seguir una rutina de prevención, estar atento a los cambios en tus síntomas y tener un plan de acción claro. El asma bien tratado es muy diferente al asma que se ignora.
La diferencia entre vivir con asma… o vivir bien con asma
Aquí quiero ser muy claro contigo: tener asma no significa renunciar a tus planes, ni vivir limitado. He visto deportistas, músicos, médicos, maestros, madres y padres que viven con asma y que llevan una vida completamente activa. ¿La clave? No es suerte. Es conocimiento, prevención y disciplina.
La gran diferencia está en aprender a convivir con el asma sin miedo. Y eso solo es posible si te empoderas con la información adecuada y sigues las recomendaciones que tu médico te da. Porque cuando tú entiendes tu cuerpo y tu enfermedad, eres tú quien tiene el control. Y créeme, vivir con asma puede ser completamente compatible con vivir bien.
Si quieres saber los principales síntomas del asma entra aquí.
¿Vives con asma y aún no tienes un plan de acción personalizado?
Agenda una consulta conmigo —presencial en Medellín o virtual desde cualquier lugar— y te ayudo a tomar el control de tu salud respiratoria.
1. Ten un plan de acción contra el asma personalizado
Uno de los errores más comunes que veo en consulta es pensar que el asma se controla “cuando aparece”. Pero la verdad es que el asma se controla antes de que los síntomas se salgan de las manos. Y para eso necesitas una herramienta clave: tu plan de acción personalizado.
¿Qué es un plan de acción y por qué lo necesitas?
Este plan es un documento (sí, idealmente por escrito o incluso digitalizado en tu celular) que define qué debes hacer en cada momento según cómo te sientas. No se trata de algo genérico, sino de un plan diseñado contigo, para ti, considerando tu historial, tus síntomas, tus desencadenantes y tu estilo de vida.
Yo lo llamo tu mapa respiratorio. Porque te guía día a día para que tomes decisiones correctas, incluso en momentos de crisis, sin caer en el pánico.
En mi consulta como alergólogo en Medellín, dedico tiempo a explicarte cada parte de tu plan, para que entiendas por qué cada medicamento es necesario, cuándo usarlo y cómo reconocer señales de alerta. Así no solo dependes del inhalador de rescate, sino que aprendes a prevenir.
Las zonas del plan (verde, amarilla, roja): cómo actuar según tus síntomas
El plan se divide en tres zonas, parecidas a un semáforo:
Cuando trabajamos juntos en mi consulta, me aseguro de que entiendas muy bien estas zonas. Muchas veces, un paciente llega a urgencias en zona roja… cuando ya había señales en la zona amarilla que se pudieron haber atendido a tiempo. Evitar ese escenario es posible con una buena educación.
Revisión continua: actualiza tu plan para el asma con nuestro equipo médico
El plan de acción no es algo estático. Así como tú cambias, tu entorno cambia y tu cuerpo también, el plan debe revisarse y adaptarse. Por eso, en cada revisión que hacemos en consulta, evaluamos qué tan bien estás controlado, si necesitas ajustar dosis o si hay nuevos desencadenantes que debamos tener en cuenta.
En mi práctica clínica, me gusta revisar estos planes al menos cada 6 meses, o antes si hay cambios importantes en tus síntomas, estilo de vida, trabajo o incluso si vas a viajar. Ese seguimiento personalizado hace toda la diferencia entre vivir a la defensiva… o vivir con tranquilidad.
Si todavía no tienes un plan de acción o sientes que el que tienes no se adapta a lo que vives hoy, estaré encantado de ayudarte. Como alergólogo especializado, mi objetivo es darte las herramientas para que seas protagonista de tu salud respiratoria.
2. Control del entorno: evitar los desencadenantes del asma
El entorno en el que vives puede ser tu mejor aliado… o tu peor enemigo cuando hablamos de asma. Muchas de las crisis que veo en consulta están directamente relacionadas con lo que respiramos en casa, en el trabajo o en la calle. Por eso, uno de los pilares fundamentales del tratamiento —además del plan de acción y los medicamentos— es identificar y reducir al máximo tus desencadenantes.
No se trata de vivir en una burbuja, sino de tomar decisiones inteligentes para proteger tus pulmones día a día. Aquí te comparto los más comunes y lo que puedes hacer al respecto.
Humo del tabaco: el enemigo silencioso
Si hay algo que el asma no tolera, es el humo del cigarrillo. Incluso si no fumas, la exposición pasiva puede empeorar tus síntomas y hacerte más propenso a crisis. Evita estar cerca de personas que fumen, y si alguien en casa fuma, habla con él o ella con claridad: tu salud respiratoria está en juego.


Ácaros, moho, polvo y polen: consejos para mantenerlos a raya
Los ácaros del polvo son uno de los desencadenantes más frecuentes en Medellín, especialmente en zonas húmedas o con poca ventilación. ¿Cómo reducirlos?
- Usa fundas antiácaros en colchones y almohadas.
- Lava sábanas y cobijas con agua caliente, mínimo una vez por semana.
- Evita alfombras, peluches y muebles tapizados en tu dormitorio.
Ventila bien los espacios y controla la humedad (idealmente por debajo del 50%).
¿Mascotas en casa? Qué hacer si tienes alergia
Este es un tema difícil. Lo sé. Muchas personas tienen un lazo emocional fuerte con sus perros o gatos, pero cuando hay una alergia comprobada, es fundamental tomar decisiones conscientes. No siempre es necesario separarse del animal, pero sí:
- Impedir que entre a tu habitación.
- Bañarlo y cepillarlo con frecuencia (idealmente con ayuda).
- Usar purificadores de aire con filtro HEPA.
- Aspirar con frecuencia, especialmente alfombras y sofás.
Si estás considerando adoptar una mascota, mejor consúltame primero. Podemos hacer pruebas específicas para evaluar tu riesgo.


Cucarachas y otros alérgenos invisibles
Pocas personas saben que las proteínas presentes en el cuerpo y excremento de las cucarachas son potentes desencadenantes de asma, especialmente en niños. La limpieza frecuente, evitar restos de comida a la vista y sellar grietas en las paredes o pisos puede ayudar a controlar esta fuente invisible de alergia.
Contaminación ambiental: cómo protegerte en días críticos
En ciudades como Medellín, donde la calidad del aire varía a lo largo del año, es clave estar informado. Cuando los índices de contaminación están altos:
- Reduce tu exposición al aire libre.
- Evita hacer ejercicio en zonas con tráfico intenso.
- Usa mascarilla si debes salir (preferiblemente N95).
- Cierra ventanas y activa filtros de aire en casa si los tienes.
Si notas que tus síntomas empeoran en esos días, házmelo saber en consulta. Es posible que necesitemos hacer ajustes preventivos en tu tratamiento.

Reducir los desencadenantes no siempre es fácil, pero créeme, vale la pena. Cuando trabajamos juntos en identificar qué cosas están afectando tu respiración, los resultados se notan rápidamente. Controlar el entorno es una parte activa de tu tratamiento, tanto como el inhalador o los controles médicos.
¿Quieres saber si eres alérgico a alguno de estos factores? Podemos hacer pruebas específicas en consulta. Estoy aquí para ayudarte a respirar mejor.
3. Uso correcto de la medicación: cómo y cuándo tomarla correctamente
Una de las cosas que más repito en consulta es que el inhalador no es solo para cuando estás mal. El asma es una enfermedad crónica, y como tal, requiere constancia. El uso adecuado de la medicación no solo previene crisis, sino que te ayuda a mantener tus pulmones sanos a largo plazo. Sin embargo, todavía es muy común ver errores en la forma, el momento o la frecuencia con la que se toman los medicamentos.
Si tú o alguien cercano tiene asma, aquí te explico lo que necesitas saber para sacarle el máximo provecho a tu tratamiento.
¿Para qué sirven los medicamentos de control y los de rescate?
Primero lo primero: no todos los inhaladores hacen lo mismo.
Medicamentos de control
Los medicamentos de control, como los corticoides inhalados, se toman todos los días, incluso si te sientes bien. Su función es reducir la inflamación de los bronquios y prevenir las crisis. No hacen efecto inmediato, pero son esenciales para mantener el asma a raya.
Medicamentos de rescate
Los medicamentos de rescate, como el salbutamol, se usan solo cuando tienes síntomas: dificultad para respirar, opresión en el pecho, tos o sibilancias. Son de acción rápida, pero no sustituyen el tratamiento diario.
En la consulta, te explico cuál es cuál, cómo usarlos y cuándo. Muchas personas piensan que con el inhalador de rescate basta… y eso es un error que puede salir caro.
No suspender el tratamiento aunque te sientas bien
Esto es algo que entiendo perfectamente: si ya no tienes síntomas, ¿para qué seguir con el medicamento diario? La respuesta es clara: porque el asma no desaparece, solo está controlado.
Al dejar de tomar los medicamentos de control sin indicación médica, lo que suele pasar es que el asma reaparece, a veces más fuerte, y puede que tarde días o semanas en volver a estabilizarse. Así que, aunque te sientas bien, no abandones el tratamiento por tu cuenta. Ante cualquier duda, consúltame.
La técnica de inhalación importa (y mucho)
No me canso de repetirlo: la técnica lo es todo. Puedes tener el medicamento correcto, pero si no lo inhalas bien, simplemente no va a funcionar. He visto pacientes que durante años han usado mal su inhalador… sin saberlo.
Por eso, en cada consulta me tomo el tiempo de revisar tu técnica y corregir lo que sea necesario. También te enseño a usar cámaras espaciadoras, nebulizadores o dispositivos especiales si los necesitas. Una buena técnica puede marcar la diferencia entre el control y la frustración.
En el siguiente video te muestro utilizar diferentes inhaladores. Esa información también la puedes consultar en el blog ¿Cómo usar un inhalador correctamente? Te cuento paso a paso
Consejos para no olvidar tus dosis diarias
Sé que la rutina puede jugar en contra, así que aquí van algunos trucos sencillos que comparto con mis pacientes:
- Pon una alarma en tu celular a la misma hora todos los días.
- Deja el inhalador cerca del cepillo de dientes, así lo asocias con una rutina fija.
- Usa pastilleros o apps de recordatorio si tienes varios medicamentos.
- Haz seguimiento en un calendario o en tu diario del asma.
Lo importante es crear el hábito, porque ese pequeño gesto diario es lo que va a mantenerte bien.
4. Autocontrol y seguimiento diario del asma
Una de las cosas más valiosas que puedes hacer por tu salud respiratoria es conocerte. Saber cómo se comporta tu asma día a día te permite adelantarte a las crisis y ajustar tu tratamiento de forma más precisa. No todo depende del médico o del medicamento: tú tienes un papel clave en este proceso. Y para eso, el autocontrol es tu mejor herramienta.
En consulta, siempre insisto en que llevar un registro y hacer mediciones básicas puede marcar la diferencia entre tener el asma bajo control… o vivir siempre apagando incendios.
Medición de tu función pulmonar en casa
¿Sabías que puedes medir cómo están funcionando tus pulmones sin salir de casa? Hay dos dispositivos que usamos con frecuencia:
Medidor de flujo espiratorio máximo (Peak Flow)
Te dice qué tan rápido puedes exhalar el aire. Es útil para detectar si tu asma se está descontrolando incluso antes de que aparezcan los síntomas.
Espirómetro portátil
Algunos pacientes también lo usan para medir la cantidad de aire que pueden expulsar y la velocidad (lo que llamamos VEF1).
En mi consulta te enseño cómo usar estos dispositivos, cómo interpretar los resultados y cómo integrar esas cifras a tu plan de acción. No es complicado, y puede ayudarte a actuar a tiempo cuando algo no anda bien.
El diario del asma: tu herramienta de autoconocimiento
Anotar lo que sientes, cómo respondes a los medicamentos y qué situaciones te afectan es una forma poderosa de tomar control. Te recomiendo llevar un diario, ya sea en papel o en alguna app, donde registres:
- Síntomas diarios (tos, dificultad para respirar, sibilancias, opresión en el pecho).
- Medicación usada (de control y de rescate).
- Resultados del medidor de flujo (si lo usas).
- Posibles desencadenantes (cambios de clima, alérgenos, ejercicio, estrés).
- Actividades que no pudiste realizar por culpa del asma.
- Visitas no programadas a urgencias o al médico.
Este registro no solo te ayuda a ti, también me da a mí una imagen mucho más clara de cómo va tu tratamiento y si debemos hacer ajustes.
Conoce aquí los diferentes tratamientos para el asma.
Cómo compartir tu registro con tu médico
Cada vez que vengas a consulta, trae tu diario del asma. Incluso si lo llevas en el celular, será de gran ayuda para revisar patrones y tomar decisiones. Por ejemplo, si noto que siempre empeoras al hacer ejercicio o cuando llueve, podríamos hacer ajustes en tu medicación preventiva o en tus rutinas.
Además, si eres papá o mamá de un niño con asma, este diario se convierte en un aliado fundamental. Te permite detectar tendencias y explicarlas claramente al pediatra, al alergólogo o incluso a los profesores.
Recuerda: el autocontrol no significa vivir con miedo, sino vivir con información. Y esa información es poder. Poder para prevenir, para decidir y para respirar tranquilo.
Si necesitas ayuda para comenzar tu diario del asma o quieres aprender a usar un medidor de flujo, te invito a que agendes una consulta conmigo. Estoy aquí para acompañarte paso a paso.
5. Estilo de vida saludable: tu cuerpo también respira mejor
Hay algo que siempre les digo a mis pacientes: tu cuerpo no es solo un receptor de medicamentos, también es parte activa del tratamiento. Lo que comes, cómo te mueves, cuánto duermes y cómo manejas el estrés… todo influye en cómo se comporta tu asma.
No se trata de hacer cambios drásticos de un día para otro, sino de construir hábitos que fortalezcan tu salud respiratoria y te hagan sentir con más energía y menos limitaciones. Aquí te comparto los más importantes.
Actividad física con asma: sí, pero con precauciones
Muchas personas creen que tener asma es una sentencia para evitar el ejercicio. Nada más lejos de la realidad. De hecho, una rutina de actividad física bien planificada puede mejorar la capacidad pulmonar y ayudarte a controlar los síntomas.
Lo que sí necesitas es:
- Tener tu asma bien controlado antes de hacer ejercicio.
- Llevar siempre tu inhalador de rescate.
- Calentar bien antes y enfriar después del ejercicio.
- Evitar actividades intensas en días fríos o de alta contaminación.

Deportes como la natación, el ciclismo suave o incluso caminar pueden ser excelentes opciones. Si tienes dudas, en consulta puedo orientarte según tu caso. He acompañado a muchos pacientes asmáticos a volver al ejercicio… ¡y a disfrutarlo!
El peso ideal también cuenta
El sobrepeso y la obesidad pueden dificultar la respiración, aumentar la inflamación en el cuerpo y empeorar los síntomas del asma. No se trata de obsesionarte con la balanza, pero sí de buscar un peso saludable que le facilite el trabajo a tus pulmones.
Una alimentación balanceada, con menos ultraprocesados y más alimentos naturales, rica en frutas, verduras, agua y grasas saludables, puede ayudarte más de lo que imaginas. Y si necesitas apoyo, podemos trabajar este aspecto de forma coordinada con nutrición.
Alimentación, hidratación y descanso: hábitos que ayudan
Hidratación adecuada
Mantener tus vías respiratorias bien hidratadas ayuda a que el moco sea menos espeso y más fácil de eliminar.
Sueño reparador
Dormir mal puede aumentar la frecuencia de las crisis, sobre todo si tus síntomas empeoran por la noche.
Control del estrés
El estrés emocional es un desencadenante frecuente que muchas veces pasa desapercibido. Técnicas como la respiración profunda, meditación o simplemente caminar pueden ayudarte a encontrar equilibrio.
Recuerda: no hay salud respiratoria sin salud integral. El asma no solo se trata con fármacos; también se gestiona desde lo que haces con tu cuerpo cada día.
Si sientes que alguno de estos aspectos está afectando tu bienestar o te cuesta integrarlos a tu rutina, escríbeme o agenda una cita. Como alergólogo, puedo ayudarte a diseñar un plan adaptado a ti, que combine tratamiento médico con recomendaciones prácticas para tu estilo de vida.
No olvides esto: otras recomendaciones para el asma
Vacunación anual contra la gripe
Si tienes asma, vacunarte contra la gripe cada año no es opcional: es una medida de protección fundamental. Los virus respiratorios pueden desencadenar crisis graves, y prevenirlos es una forma inteligente de cuidar tus pulmones.
Revisión médica periódica
Aunque te sientas bien, es vital asistir a controles con tu alergólogo, médico de familia o neumólogo. Evaluar tu evolución, ajustar tratamientos y actualizar tu plan de acción te da seguridad y evita sorpresas.
Aprende a reconocer una crisis asmática
Una crisis no siempre comienza con falta de aire intensa. Puede empezar con tos, silbidos o presión en el pecho. Saber reconocer esos primeros signos te permite actuar a tiempo y evitar que la situación se complique.
Adolescentes con asma: educación y autonomía
La adolescencia es clave para formar buenos hábitos. Es importante que los jóvenes aprendan a tomar su medicación, reconocer síntomas y mantenerse alejados del tabaco o ambientes que empeoren su asma.
Evita medicamentos que pueden empeorar el asma
Algunos adultos con asma son sensibles a medicamentos como la aspirina o el ibuprofeno. Si notas que al tomarlos presentas síntomas respiratorios, consulta de inmediato: podríamos estar ante una intolerancia importante.
Consulta especializada cuando hay dudas
Si los síntomas persisten, aparecen nuevos desencadenantes o no sabes bien cómo manejar tu tratamiento, agenda una consulta con un especialista en asma. Un enfoque personalizado hace toda la diferencia.
Importancia de la medición de la función pulmonar
Una de las formas más sencillas y efectivas para monitorear tu asma en casa es usar un medidor de flujo espiratorio máximo, también conocido como PEF por sus siglas en inglés (Peak Expiratory Flow). Este dispositivo te ayuda a saber qué tan bien puedes exhalar el aire de tus pulmones y, lo más importante, te alerta cuando tu asma empieza a descontrolarse, incluso antes de que aparezcan síntomas notorios.
Algo que enseño en consulta es a reconocer la variabilidad del PEF, que es básicamente la diferencia entre tus mejores y peores mediciones durante el día o la semana. Según estudios clínicos, una variabilidad del 15 al 20% es clínicamente significativa y puede ayudarte a confirmar si el asma está mal controlado o incluso apoyar el diagnóstico inicial de la enfermedad. Esto es especialmente útil en pacientes que aún no tienen un diagnóstico claro o que presentan síntomas intermitentes (Flores-Ramírez & Sienra-Monge, 2009).
Por eso, si tu médico te ha recomendado usar un medidor de flujo, tómalo en serio. Anotar esas mediciones en tu diario del asma y compartirlas en cada consulta puede darnos información muy valiosa para ajustar tu tratamiento y prevenir crisis.
¿Se puede prevenir el asma?
Aunque no siempre es posible evitar que aparezca, sí podemos actuar desde muy temprano para reducir el riesgo de desarrollarlo o evitar que empeore con el tiempo. La prevención del asma se enfoca tanto en personas con factores de riesgo —como antecedentes familiares de alergias— como en quienes ya tienen diagnóstico, pero quieren evitar crisis y complicaciones.
Prevención primaria: reducir el riesgo desde el inicio
Si hay historia familiar de asma, rinitis o dermatitis atópica, o si el paciente es un niño con signos tempranos de alergia, podemos tomar medidas preventivas como:
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Evitar la exposición al humo de cigarrillo desde el embarazo.
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Fomentar la lactancia materna durante al menos los primeros 6 meses.
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Prevenir infecciones respiratorias frecuentes en la infancia.
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Minimizar el contacto con alérgenos conocidos si hay sensibilización precoz (como ácaros o pelo de mascotas).
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Identificar signos de alerta como tos persistente, sibilancias o fatiga tras ejercicio.
En estos casos, una evaluación alergológica temprana puede hacer la diferencia.
Prevención secundaria: evitar que el asma se descontrole
Si tú (o tu hijo) ya tienen asma diagnosticado, la clave está en prevenir que los síntomas se agraven o las crisis se repitan. Esto incluye:
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Seguir el tratamiento médico de forma constante.
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Evitar desencadenantes conocidos.
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Tener un plan de acción claro y saber actuar ante los primeros síntomas.
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Controlar otras condiciones que pueden empeorar el asma (como rinitis alérgica o reflujo).
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Acudir a controles médicos regulares, incluso si te sientes bien.
La mayoría de crisis de asma que llegan a urgencias se pudieron haber evitado con educación y seguimiento adecuado.
¿Y la prevención del asma en adultos?
Muchos adultos piensan que el asma solo afecta a niños, pero no es así. De hecho, el asma puede aparecer por primera vez en la adultez, y en esos casos, la prevención va de la mano con evitar el tabaquismo, controlar el peso, manejar el estrés y consultar ante cualquier síntoma respiratorio recurrente.
Si tienes tos crónica, sientes opresión en el pecho al subir escaleras o te despiertas de noche por falta de aire, vale la pena una evaluación especializada.
Tratamientos para el asma: lo que necesitas para respirar mejor
Uno de los aspectos más importantes que trabajo con cada paciente en consulta es que entienda que el asma no se trata solo con un inhalador de rescate. El tratamiento del asma debe ser personalizado, progresivo y adaptado al tipo y gravedad de los síntomas. No todos los casos son iguales, y por eso es tan importante acudir a un especialista.
En esta sección quiero contarte cuáles son los tratamientos disponibles, cómo funcionan y cuándo se utilizan.
1. Medicación de control a largo plazo
Estos medicamentos se usan todos los días, incluso cuando no tienes síntomas. Su objetivo es reducir la inflamación de las vías respiratorias y prevenir las crisis. Los más utilizados son:
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Corticoides inhalados (como budesonida o fluticasona)
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Antagonistas de los leucotrienos (como montelukast)
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Combinaciones de corticoide + broncodilatador de acción prolongada
En consulta reviso cuál es la mejor opción para ti según tu historia clínica, nivel de control y tipo de asma.
2. Medicación de rescate (de alivio rápido)
Esta es la que más conocen los pacientes: el inhalador que usas cuando no puedes respirar bien. El más común es el salbutamol. Su efecto es inmediato y ayuda a abrir las vías respiratorias, pero no es un tratamiento preventivo, solo sirve para síntomas agudos. Si lo necesitas muy seguido, es señal de que el asma no está bien controlado.
3. Inmunoterapia (vacunas para la alergia)
Si el asma está relacionado con alergias específicas, como ácaros o pólenes, podemos considerar inmunoterapia subcutánea o sublingual. Este tratamiento busca “entrenar” tu sistema inmune para que deje de reaccionar de forma exagerada a esos alérgenos. Es un proceso a mediano o largo plazo, pero puede cambiar radicalmente la evolución del asma en pacientes seleccionados.
4. Biológicos para asma grave
En casos más complejos o refractarios, usamos tratamientos más avanzados como los anticuerpos monoclonales (omalizumab, mepolizumab, benralizumab, etc.). Estas inyecciones se aplican mensualmente y están dirigidas a bloquear la respuesta inflamatoria que causa el asma grave. Son seguros, eficaces y pueden ser una opción si los tratamientos convencionales no funcionan.
5. Tratamientos complementarios y hábitos saludables
Además del tratamiento médico, también recomiendo estrategias como:
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Educación sobre el uso correcto del inhalador
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Monitoreo con medidor de flujo
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Ejercicio físico controlado
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Alimentación antiinflamatoria
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Manejo del estrés y del sueño
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Control de otras enfermedades asociadas (como rinitis alérgica o reflujo gastroesofágico)
¿Necesitas ayuda con tu asma? Contáctame
Soy el Dr. Daniel Amaya, médico alergólogo formado en la Universidad CES y especialista en Alergología Clínica de la Universidad Nacional de Colombia. Cuento con más de 10 años de experiencia ayudando a niños, jóvenes y adultos a controlar sus alergias respiratorias, alimentarias, cutáneas y medicamentosas. Mi enfoque combina el conocimiento científico con una atención cálida, cercana y totalmente personalizada.
Si después de leer este blog sientes que necesitas revisar tu tratamiento, diseñar un plan de acción o simplemente entender mejor tu asma, puedes agendar una consulta conmigo, ya sea de forma presencial en Medellín o virtual si estás en otra ciudad o país.
Respirar bien no debería ser un lujo, y tú mereces vivir sin miedo a una próxima crisis. Estoy aquí para ayudarte a respirar mejor, vivir mejor y sentirte en control.

Preguntas frecuentes sobre alergias y errores comunes al tratarlas
¿Cuáles son los 10 consejos para controlar el asma?
Aquí van 10 recomendaciones clave:
1) Ten un plan de acción personalizado
2) Usa correctamente tus inhaladores
3) No suspendas la medicación sin indicación médica
4) Identifica y evita tus desencadenantes
5) Realiza controles médicos regulares
6) Lleva un diario del asma
7) Mide tu función pulmonar en casa
8) Mantén tu entorno limpio y sin humo
9) Haz actividad física adaptada.
10) Vacúnate contra la gripe anualmente.
¿Cómo quitar el asma sin inhalador?
Es importante aclarar que el asma no se “quita” sin tratamiento médico. No hay cura definitiva, pero sí formas efectivas de controlarlo. Si no tienes tu inhalador a mano en una crisis leve, intenta mantener la calma, sentarte derecho, respirar lentamente y evitar lo que haya provocado los síntomas. Pero esto no sustituye el tratamiento médico, así que consulta siempre con un alergólogo. Intentar quitar el asma sin inhalador puede ser riesgoso si no se hace con supervisión.
¿Cuáles son los cuidados para el asma en adultos?
Los cuidados para el asma en adultos incluyen mantener un tratamiento regular, controlar factores como el estrés, el tabaquismo, el sobrepeso y las enfermedades respiratorias asociadas. También es fundamental evitar la automedicación y realizar controles periódicos, ya que el asma puede cambiar con el tiempo. Un estilo de vida saludable y un plan de acción actualizado son claves.
¿Cómo calmar el asma de noche?
Para calmar el asma de noche, asegúrate de tomar tu medicación de control antes de dormir (si aplica), mantener la habitación libre de alérgenos como ácaros o moho, elevar ligeramente la cabeza con almohadas y usar fundas antialérgicas. Si el asma nocturno es frecuente, puede indicar que no está bien controlado, y deberías consultar para ajustar el tratamiento.
¿Qué quita el asma para siempre?
Actualmente, no existe un tratamiento que quite el asma para siempre. Sin embargo, muchas personas logran controlarla de tal forma que pasan años sin síntomas ni crisis. Con el tratamiento adecuado, educación y seguimiento médico, puedes vivir como si no tuvieras asma, aunque la enfermedad siga presente en segundo plano.
¿Dónde encuentro remedios caseros para el asma en vídeo?
Los remedios caseros para el asma en vídeo pueden encontrarse fácilmente en plataformas como YouTube, pero es fundamental tener cuidado: no todos están respaldados científicamente. En mi caso, prefiero enseñarte prácticas seguras y complementarias, como técnicas de respiración, hidratación adecuada o control ambiental, siempre como complemento al tratamiento médico, no como sustituto.
¿Cuáles son las recomendaciones para el asma en niños?
Las recomendaciones para el asma en niños incluyen enseñarles (y a sus cuidadores) a reconocer los síntomas, usar bien el inhalador, evitar desencadenantes como el humo del cigarrillo, mantener actualizados los controles médicos y tener un plan de acción claro. Además, es importante que los profesores y cuidadores estén informados y sepan cómo actuar ante una crisis.
¿Cuál es la mejor inyección para el asma?
Existen tratamientos inyectables como los biológicos (omalizumab, mepolizumab, entre otros), que han demostrado ser muy efectivos para ciertos tipos de asma grave. La decisión de usar la mejor inyección para el asma depende de tu perfil clínico, pruebas de laboratorio y síntomas. En consulta podemos evaluar si eres candidato para este tipo de tratamiento avanzado.
¿Qué debo hacer para calmar el asma?
Si tienes síntomas leves, siéntate, respira lentamente, usa tu inhalador de rescate y aléjate del desencadenante. Si no mejoras, sigue las indicaciones de tu plan de acción y consulta de inmediato. Saber qué hacer para calmar el asma te ayuda a actuar con seguridad en momentos críticos.
¿Qué cuidados debo tener con el asma?
Los principales cuidados incluyen seguir el tratamiento médico, evitar los factores que lo empeoran (como polvo, humo o infecciones), mantener hábitos saludables y acudir a revisiones médicas. También es clave tener un entorno libre de alérgenos y controlar las emociones intensas que pueden provocar crisis.
¿Qué se recomienda para los asmáticos?
Se recomienda tener un diagnóstico preciso, tratamiento personalizado, educación sobre el uso del inhalador, y evitar factores de riesgo como el tabaquismo, la contaminación o el sedentarismo. Las personas asmáticas pueden vivir plenamente si siguen las recomendaciones adecuadas.
¿Qué cosas no debo hacer si tengo asma?
Evita fumar, exponerte al humo, automedicarte, interrumpir tu tratamiento sin indicación médica o realizar ejercicio intenso sin control. También debes evitar lugares con alérgenos si eres sensible, y no ignorar los síntomas pensando que “ya se te pasará”.
Referencias bibliográficas
-
Marín, A., Pérez, C., & Valero, A. (Eds.). (2016). El libro de las enfermedades alérgicas. Fundación BBVA. https://www.fbbva.es/publicaciones/el-libro-de-las-enfermedades-alergicas/
- Flores-Ramírez, L. A., & Sienra-Monge, J. J. (2009). Diagnóstico y evaluación de la severidad del asma. Revista Alergia México, 56(1), 5–12. https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-11462009000100002