
Me preguntaron por redes sociales ¿por qué cuando empieza a llover me pongo peor de la rinitis y las alergias? Es una duda muy interesante, porque es algo que le ocurre a muchísimas personas, especialmente aquí en Medellín y sus alrededores, y la respuesta requiere hablar de varios factores. Aunque uno pensaría que la lluvia “limpia” el ambiente y mejora las alergias, en realidad, durante estas temporadas, los síntomas suelen empeorar, y hay varias razones detrás de esto.
En este blog quiero explicarte de forma sencilla por qué las lluvias influyen tanto en las alergias respiratorias y qué puedes hacer para sentirte mejor. Vamos a hablar del frío, de los virus, de los cambios en el ambiente y también de algunos factores menos conocidos, pero que tienen mucho impacto en cómo te sientes durante los días lluviosos.
Lluvia y alergias en Medellín: una combinación frecuente
Aunque en Colombia no tenemos estaciones marcadas como en otros países, sí vivimos ciclos de lluvias muy definidos, sobre todo en Medellín y los municipios cercanos. Y es precisamente en esos periodos cuando muchas personas notan que sus síntomas de rinitis y alergias respiratorias empeoran: más congestión nasal, más estornudos, más sensación de malestar general.
Esto no es coincidencia. El ambiente durante las lluvias cambia de manera importante: la temperatura baja, aumenta la humedad, y también hay más partículas en el aire que pueden irritar o activar nuestras vías respiratorias. Es como si el entorno se volviera más “hostil” para quienes ya tienen una base alérgica. Y si a eso le sumamos otros factores como infecciones virales o contaminación, el panorama se complica.
El frío y su efecto sobre la nariz
Durante los días lluviosos, uno de los primeros cambios que notamos es que el ambiente se pone más frío. Y aunque muchas personas lo asocian solo con el uso del paraguas o el abrigo, ese descenso de temperatura tiene un impacto directo en nuestras vías respiratorias, especialmente si ya somos alérgicos o sensibles a los cambios climáticos.
La baja temperatura inflama la mucosa nasal
Lo que sucede es que el frío irrita e inflama la mucosa que recubre el interior de la nariz. Esta mucosa es muy delicada y está diseñada para filtrar el aire que respiramos, pero también reacciona con facilidad a estímulos como el cambio brusco de temperatura. Cuando esa mucosa se inflama, se vuelve más gruesa, más sensible, y empieza a producir más moco, lo que se traduce en síntomas como congestión, secreción nasal y estornudos.
A esto le llamamos una rinitis inducida por el frío o por estímulos no alérgicos, y puede presentarse incluso en personas que no tienen una alergia diagnosticada. Pero si ya existe una base alérgica, como en el caso de quienes tienen rinitis alérgica, este efecto se potencia y los síntomas se sienten mucho más intensos.
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¿Por qué sentimos más congestión cuando hace frío?
1. Dilatación de los vasos dentro de la nariz
Cuando respiramos aire frío, los vasos sanguíneos en la nariz se dilatan como mecanismo de defensa. Esta dilatación genera inflamación y sensación de nariz tapada.
2. Producción de más moco como protección
El cuerpo produce más moco para calentar y humedecer el aire antes de que llegue a los pulmones. Ese moco se acumula y provoca congestión.
3. Exposición prolongada a alérgenos en interiores
Al hacer más frío, pasamos más tiempo encerrados con ventanas cerradas. Esto favorece la exposición a ácaros del polvo, hongos y contaminantes que inflaman aún más las vías respiratorias.
4. Irritación por contraste térmico
Pasar de un ambiente frío a uno cálido, o viceversa, activa los nervios de la nariz y puede provocar estornudos y sensación de taponamiento inmediato.
¿Sientes que cada vez que llueve te resfrías, te congestionas o no puedes respirar bien?
Esto podría ser rinitis por frío o una alergia ambiental. En mi consulta te ayudo a identificar la causa y a tratarla con un enfoque personalizado.
Lluvia e infecciones respiratorias: aliados del malestar
Durante la temporada de lluvias no solo bajan las temperaturas, también aumentan los casos de infecciones respiratorias, especialmente por virus. Y esto es muy importante para quienes ya tienen rinitis alérgica, porque una infección puede actuar como un “disparador” que intensifica los síntomas que ya estaban presentes.
El aumento de virus durante las lluvias
Cuando llueve, las personas tendemos a quedarnos en espacios cerrados, muchas veces con poca ventilación. Esto facilita que los virus respiratorios —como los del resfriado común, la influenza o incluso adenovirus— se transmitan con mayor facilidad de persona a persona.
Además, el ambiente frío y húmedo puede debilitar nuestras defensas locales, sobre todo en las vías respiratorias, lo que nos hace más propensos a contagiarnos.

Infección más alergia: una combinación que potencia los síntomas
Cuando una persona con rinitis alérgica se contagia con un virus respiratorio, se produce un fenómeno llamado “inflamación mixta”. Por un lado, el sistema inmunológico reacciona al virus, y por el otro, ya está respondiendo de forma exagerada a los alérgenos del ambiente. El resultado: más congestión, más secreción nasal, más estornudos y, en algunos casos, dolor de cabeza o sensación de presión facial.
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¿Cómo identificar si es una infección o una alergia?
A veces puede ser difícil diferenciarlas, porque los síntomas se parecen mucho. Pero hay algunas pistas que pueden ayudar:
¿Es solo alergia o es rinitis no alérgica?
En consulta, muchas veces los pacientes me dicen: “Doctor, tengo todos los síntomas de alergia, pero mis pruebas salieron negativas”. Y en esos casos lo que sucede con frecuencia es que estamos frente a una rinitis no alérgica, también conocida como rinitis vasomotora o idiopática.
Este tipo de rinitis no está provocada por alérgenos como los ácaros, pólenes o animales, sino por estímulos físicos como los cambios de temperatura, la humedad o incluso los olores fuertes.
Sensibilidad al cambio de temperatura y humedad
Durante los días lluviosos, el ambiente se vuelve más húmedo y suele haber cambios bruscos de temperatura entre el exterior y los espacios cerrados. Estas variaciones pueden activar ciertos nervios en la mucosa nasal que hacen que esta se inflame, produzca más moco y provoque estornudos, muy parecido a lo que ocurre en una alergia.
Pero en este caso, no hay una reacción inmunológica como tal, sino una hipersensibilidad del sistema nervioso que regula la función nasal. Esta es la razón por la que a veces usamos los mismos medicamentos que para la rinitis alérgica, aunque el origen sea diferente.
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Cuando los síntomas no son por alergia… pero se sienten igual
Aquí es donde se genera mucha confusión. Los síntomas de la rinitis no alérgica —nariz tapada, estornudos, moqueo constante— pueden ser idénticos a los de la rinitis alérgica. Sin embargo, hay algunas diferencias importantes:
1. No hay relación con estaciones o alérgenos conocidos
Los síntomas aparecen de forma más impredecible, muchas veces con cambios de clima, humedad o al entrar a un lugar con aire acondicionado.
2. Suele afectar a personas adultas
Es más común en adultos jóvenes o mayores, mientras que la rinitis alérgica suele comenzar en la infancia o adolescencia.
3. Las pruebas de alergia salen negativas
Esto es clave. Si los estudios no muestran sensibilización a ningún alérgeno, es probable que estemos ante una rinitis no alérgica.

¿Qué es la rinitis por frío y por qué se confunde con una alergia?
La llamada rinitis por frío es una forma de rinitis no alérgica que aparece precisamente cuando hay exposición a temperaturas bajas o cambios bruscos de clima, como suele ocurrir en temporada de lluvias. Muchas personas creen que es una alergia, porque los síntomas son muy similares: congestión, estornudos, moqueo, incluso dolor de cabeza. Pero no siempre hay un alérgeno involucrado.
En realidad, lo que sucede es que el sistema nervioso autónomo —ese que regula funciones como el ritmo cardíaco o la respiración sin que lo notemos— también controla la respuesta de la mucosa nasal. Y cuando ese sistema está más sensible, cualquier estímulo externo como el frío, el aire húmedo o incluso el humo, puede desencadenar una inflamación parecida a la de una alergia.
En pacientes con rinitis alérgica diagnosticada, esta sensibilidad al frío puede sumarse a la inflamación ya existente, haciendo que los síntomas empeoren más de lo habitual. Es decir, puede haber una combinación de factores alérgicos y no alérgicos actuando al mismo tiempo.
Por eso es tan importante tener una evaluación médica adecuada, porque en algunos casos el tratamiento debe ajustarse para controlar ambos mecanismos: el inmunológico y el nervioso.
Lo que pasa con el polen, los hongos y la contaminación cuando llueve
Uno pensaría que cuando llueve, el aire se “limpia” y por eso deberíamos respirar mejor. Y en parte es cierto: durante una lluvia fuerte, muchos alérgenos como el polen o el polvo en suspensión se arrastran al suelo. Sin embargo, esto es solo una parte de la historia. Justo después de la lluvia, el ambiente se transforma de una manera que puede ser muy agresiva para quienes tenemos alergias respiratorias.

Después de la lluvia: más vegetación, más esporas
En zonas como Medellín, donde el clima es templado y húmedo, la vegetación crece rápidamente después de las lluvias. Esto favorece la liberación de nuevas oleadas de polen, especialmente de pastos y malezas. Incluso si los niveles bajan momentáneamente mientras llueve, pueden dispararse en los días siguientes.
A eso le sumamos otro factor que pasa desapercibido: los hongos ambientales. La humedad alta favorece el crecimiento de mohos, que liberan esporas microscópicas al aire. Estas esporas pueden ser tan irritantes —o incluso más— que los pólenes para las personas alérgicas.
La contaminación urbana vuelve más agresivos los alérgenos
Otro detalle importante es que, en ciudades como la nuestra, los alérgenos no vienen “solos”. Están acompañados de contaminantes atmosféricos, como los óxidos de nitrógeno y partículas finas, que se liberan por el tráfico y otras fuentes. Durante y después de la lluvia, estos contaminantes pueden adherirse a las partículas de polen y esporas, modificándolas químicamente y haciéndolas más agresivas para el sistema respiratorio.
Este efecto combinado —lluvia, humedad, vegetación, hongos y contaminación— crea un entorno que intensifica los síntomas alérgicos incluso si no se ve el cielo cubierto de polen como en otras regiones del mundo.

¿Existe la alergia a la lluvia?
Muchos pacientes me preguntan si realmente existe algo como una “alergia a la lluvia”. La respuesta corta es no, pero entiendo perfectamente por qué se hace esa pregunta. Lo que en realidad ocurre es que la lluvia desencadena o agrava una serie de factores que sí están relacionados con procesos alérgicos: aumento de hongos, cambios bruscos de temperatura, acumulación de humedad en espacios cerrados, o incluso infecciones respiratorias que se superponen a una alergia ya existente.
En otras palabras, la lluvia no es el alérgeno, pero activa muchos de los mecanismos que hacen que los síntomas empeoren, tanto en personas con rinitis alérgica como en aquellas con rinitis no alérgica o sensibilidad al ambiente. Por eso es tan común sentir que la lluvia “nos cae pesada” si ya tenemos una condición respiratoria.
¿Qué puedo hacer si mis síntomas empeoran con la lluvia?
Aunque no podemos controlar el clima, sí podemos tomar medidas para que las lluvias no nos tomen por sorpresa ni nos dejen fuera de combate con la nariz tapada. Aquí te comparto algunas recomendaciones sencillas pero muy efectivas:
1. Usa ropa adecuada y mantén la temperatura corporal estable
Evita exponerte a cambios bruscos de temperatura. Si sales de un lugar caliente al frío de la calle, cúbrete bien la nariz y la boca, especialmente si eres propenso a la congestión.
2. Ventila los espacios, pero con criterio
Durante la lluvia solemos mantener todo cerrado, lo que favorece la acumulación de alérgenos en interiores. Ventila en los momentos de menor humedad del día, idealmente cuando no está lloviendo y no hay corrientes de aire frío directo.
3. Reduce la humedad en casa
Usa deshumidificadores si es necesario, sobre todo en habitaciones sin buena ventilación. La humedad favorece el crecimiento de hongos, que pueden desencadenar o agravar síntomas respiratorios.
4. Mantén el tratamiento si ya tienes diagnóstico de rinitis alérgica
No suspendas tus medicamentos solo porque “ya pasó la temporada”. Recuerda que en nuestra ciudad, los ciclos de lluvia son frecuentes y prolongados. Seguir el tratamiento ayuda a reducir la inflamación de base y a prevenir complicaciones.
5. Consulta al alergólogo si los síntomas no mejoran
Si notas que cada vez que llueve tus síntomas se intensifican, o si ya estás usando medicamentos y no ves mejoría, es momento de consultar. Un estudio adecuado te puede decir si lo que tienes es una alergia, una rinitis no alérgica o una combinación de ambas.
📍En mi consulta, te ofrezco un enfoque personalizado basado en tu historia clínica, el entorno donde vives y las pruebas necesarias para entender exactamente qué está causando tus síntomas. El objetivo es claro: que puedas vivir tranquilo, incluso cuando el clima no coopera.
¿Listo para tomar el control de tu rinitis y tus alergias?
Vivir en Medellín o en sus municipios cercanos no tiene por qué ser sinónimo de vivir con la nariz tapada cada vez que llueve. Si sientes que tus síntomas empeoran con el clima o ya probaste de todo y no mejoras, es momento de buscar un enfoque médico especializado.
En mi consulta te ayudaré a identificar la causa real de tus molestias, a diseñar un tratamiento que se adapte a tu vida y a que entiendas mejor lo que pasa en tu cuerpo. No estás solo en esto, y sí hay formas de sentirte mejor.
Soy el Dr. Daniel Amaya, médico alergólogo en Medellín
Soy médico egresado de la Universidad de Antioquia, especialista en Alergología Clínica. Cuento con más de 10 años de experiencia en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades alérgicas respiratorias como la rinitis, el asma y las alergias por alimentos, medicamentos o ambiente. A través de mi consulta y mi contenido educativo, busco que cada paciente entienda su condición y aprenda a convivir con ella de la mejor manera posible.

Preguntas frecuentes sobre rinitis y alergias respiratorias por lluvia
¿Es normal tener estornudos solo cuando cambia el clima?
Sí, muchas personas presentan una hiperreactividad nasal que se activa con cambios de temperatura o humedad, incluso sin ser alérgicas. Esta condición puede deberse a una sensibilidad en el sistema nervioso que regula la nariz, lo que provoca una respuesta exagerada como estornudos o goteo nasal frente a estímulos ambientales.
¿La rinitis por frío puede convertirse en una alergia crónica?
No. La rinitis por frío y la rinitis alérgica son condiciones diferentes. Aunque ambas pueden coexistir en una misma persona, una no se transforma en la otra. Sin embargo, la exposición frecuente al frío sin tratamiento adecuado puede mantener la mucosa nasal inflamada de forma persistente, lo que agrava cualquier condición respiratoria de base.
¿Tomar bebidas frías durante la lluvia puede empeorar la rinitis?
En algunas personas sí. No porque la bebida cause directamente la rinitis, sino porque los cambios bruscos en la temperatura corporal pueden estimular los nervios de la nariz y provocar una respuesta refleja que desencadena congestión o estornudos, especialmente si ya hay inflamación previa.
¿Es mejor usar humidificador o deshumidificador en temporada de lluvias?
En zonas como Medellín, donde la humedad ambiental suele ser alta, un deshumidificador es generalmente más útil. Esto ayuda a evitar el crecimiento de hongos en casa, los cuales pueden agravar los síntomas respiratorios. Los humidificadores son más útiles en climas secos, que no es el caso habitual aquí.
¿Dormir con ventanas abiertas cuando llueve empeora los síntomas?
Sí, puede empeorarlos. Aunque ventilar es importante, dejar las ventanas abiertas durante la lluvia puede aumentar la humedad dentro del cuarto y favorecer la entrada de alérgenos del exterior como esporas de hongos o contaminantes. Lo ideal es ventilar en momentos puntuales del día, sin generar corrientes de aire frío directo.
¿Es cierto que el estrés también puede empeorar la rinitis?
Sí, puede empeorarlos. Aunque ventilar es importante, dejar las ventanas abiertas durante la lluvia puede aumentar la humedad dentro del cuarto y favorecer la entrada de alérgenos del exterior como esporas de hongos o contaminantes. Lo ideal es ventilar en momentos puntuales del día, sin generar corrientes de aire frío directo.
¿Qué diferencia hay entre una rinitis mal controlada y una sinusitis?
La rinitis es una inflamación de la mucosa nasal, mientras que la sinusitis afecta los senos paranasales, que son cavidades alrededor de la nariz. Cuando la rinitis no se trata adecuadamente, puede generar obstrucción del drenaje de los senos, favoreciendo una infección secundaria. Si además del goteo nasal tienes dolor facial, presión en la cabeza o secreción espesa con mal olor, podría tratarse de una sinusitis.
¿Puedo hacer ejercicio si tengo rinitis y está lloviendo?
Sí, pero con precaución. Si estás controlado con tu tratamiento y no hay síntomas intensos, el ejercicio puede hacerse, idealmente en interiores. Hacer actividad física bajo la lluvia o en ambientes fríos puede desencadenar síntomas respiratorios o agravar los existentes, sobre todo si hay asma asociada.
¿Qué alimentos pueden empeorar la rinitis durante la lluvia?
Algunos alimentos como los muy fríos, picantes o muy procesados pueden estimular los nervios nasales y empeorar los síntomas en personas sensibles. Además, en algunos pacientes, el consumo de lácteos puede aumentar la sensación de moco espeso, aunque esto no es una regla general y varía según cada caso.
¿Los medicamentos para la rinitis deben ajustarse en temporada de lluvias?
A veces sí. En pacientes que presentan un empeoramiento claro de los síntomas con el clima húmedo, el alergólogo puede ajustar la dosis de antihistamínicos, agregar corticoides nasales o recomendar lavados más frecuentes con solución salina. El seguimiento médico permite adaptar el tratamiento a los cambios ambientales.
¿Los niños también pueden tener rinitis por frío o sensibilidad al clima?
Sí, y con bastante frecuencia. Los niños pueden tener rinitis no alérgica provocada por factores como el aire frío, el humo o los perfumes intensos. Es importante observar si sus síntomas aparecen en lugares específicos o durante ciertos momentos del día, para identificar si el desencadenante es ambiental.
¿Dormir con el aire acondicionado o el ventilador agrava los síntomas?
Puede hacerlo, especialmente si el aire va dirigido al rostro o si el equipo no está limpio. El aire seco o cargado de partículas irritantes puede inflamar la mucosa nasal y generar síntomas similares a los de la rinitis. En ambientes húmedos, el aire acondicionado también puede favorecer la proliferación de hongos si no se realiza un mantenimiento adecuado.